++Rue Gresnel vs Rue Fresnel : a veces las calles cambian la G por la F…París a veces duda y nos sorprende…la magia del alfabeto no tiene límites ++
ilustración a cargo de Clara Morales
París es grande. Cuando me trasladé a la Rue Gresnel 27 no conocía a nadie en el vecindario pero al toparme con esta antigua mercería vacía empecé a imaginar mi pastelería aquí y no pude abandonar mi sueño.
Mi primer cliente fue Antoine, el frutero de la esquina que me alegra las mañanas proclamando que mis croissants son los mejores de todo París y bromeando con la vieja bicicleta que me lleva a todas parrtes.
Desde hace un mes, hemos establecido un sistema de trueque entre los dos: cada día, casi al amanecer, Antoine recoge su croissant recién sacado del horno, dos baguettes y "el pastel del día" para sus empleados. A cambio me trae una selección de frutas de temporada con las que prepararé el próximo "pastel del día" y con las que retomaré energía mientras remo en mi piragua por el Sena. Cuando llevo mandarinas, solo su aroma ya me hace retroceder en el tiempo: vuelvo a tener diez años y me dan ganas de girarme y comprobar si mi padre sigue ahí observando cómo aprendo, disfrutando de nuestra afición compartida...
A Antoine le encanta que le cuente estas historias que luego él adorna para hablar a sus clientes de la importancia de la fruta en nuestras vidas.
De vuelta a casa, me siento feliz de haber convertido en realidad mi vida soñada en París.
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